En primer lugar, he elegido este caso puesto que he trabajado con alumnos de esa edad y me siento más confiada a la hora de pensar cómo actúar. Así mismo, estoy familiarizada con alumnos de este perfil que se convierten en víctimas aunque son movidos (relacionados con trastornos de hiperactividad y/o déficit de atención, habitualmente), tienden a llamar la atención y a discutir.
EXPLICACIÓN DEL CASO
Se trata de un grupo de 28 alumnos/as con edad media de 11 años, es decir, cursando 6º de Primaria. Hay un sentimiento de bienestar generalizado, manifiestan que tienen amigos y que se puede trabajar tranquila y fácilmente en el aula. Sin embargo, exponen que hay algunos conflictos en el grupo.
Destaca el caso de una alumna señalada como posible víctima de bullying con un alto número de testigos que aseguran que se le rechaza, aísla o se habla mal de ella así como, en ocasiones, existe maltrato físico y verbal. Además ella misma así lo retrata, de forma muy significativa, en su propio autoinforme. Ella vive esta situación de manera mucho más intensa que el resto de la clase aunque todas las partes reconocen que lo pasa bastante mal.
Personalmente, considero que la alumna tiene un terrible malestar en el momento de relacionarse con sus iguales y eso se ve agravado con su actitud. De esta forma, esta situación genera el rechazo de sus compañeros por no comprender su comportamiento.
INTERVENCIÓN
El plan de intervención debería enfocarse en varias direcciones:
1) La alumna víctima del acoso. El tutor se entrevistaría con la alumna en cuestión tratando de recopilar toda la información posible, mostrándole nuestro apoyo y deseo de ayudarle a solucionar el problema. También debería citarse con la familia inmediatamente para tratar el asunto y solicitar la intervención del equipo de orientación del centro (PTSC y orientador) para que les facilitara pautas, información y poder gestionar el tema desde casa. Además, se puede proponer incluir a la alumna en el programa de apoyo de "habilidades sociales".
2) Los acosadores. La información que estos alumnos nos pueden proporcionar es sumamente importante y reveladora. Se les debe comunicar las graves consecuencias que tendrán sus hechos si estos se repiten. Es conveniente reunirse con sus familias para informarles sobre lo sucedido y acordar llevar un control de los actos de sus hijos.
3) Los alumnos ayudantes. Se entrevistaría a la alumna 14 (amiga suya) y alumna 19 (prosocial) con el fin de lograr su cooperación para apoyar a la alumna excluida. Se le ubicaría en una mesa con la alumna 14, rodeada por la alumna 19 y miembros del grupo al que pertenece, entre ellos otras dos alumnas prosociales (alumna 4 y 17) y alejada de aquellos que le molestan. La ayuda entre iguales es de suma importancia en este proceso puesto que sienten mayor proximidad y confianza con gente de su misma edad e intereses. Estas serían las funciones del alumno ayudante, entre otras:
- no le dejarían sola,
- lideraría juegos o actividades en recreos,
- mediaría en situaciones conflictivas,
- informaría a los adultos sobre posibles conflictos,
- fomentaría el diálogo y la escucha.
4) Toda la clase, incluido los observadores. El profesorado debe realizar una labor de sensibilización del tema: visionando cortos, dramatizando situaciones dispares o leyendo noticias relacionadas con el acoso escolar. Se considera vital fomentar la educación emocional, es decir, desarrollar dinámicas de grupo e individuales para la gestión de las emociones y enseñarles a ser asertivos para que los alumnos aprenden a poner límites a los demás al mismo tiempo que les respetan.
5) Resto de comunidad educativa. Se debe informar a las personas con relación directa con los implicados (en primer lugar, equipo directivo) e insistir en la vigilancia de patios y zonas comunes. Como sistema de prevención, se recomienda realizar charlas informativas a través del AMPA u organismos como la policía local para padres y profesores. También se aconseja formar al resto de personal no docente (responsables del comedor, administrativo o conserje) para que sepa cómo intervenir, a dónde y a quién acudir si presencian situaciones de acoso escolar.
SEGUIMIENTO
Las revisiones del caso deberán ser continuas para comprobar su efectividad: tiene que haber un feedback entre la alumna acosada, los alumnos ayudantes, tutor (u otro profesorado) y/o familia al menos, una vez por semana, para estar al corriente de la situación. Así mismo, la observación sistemática del equipo docente y familias de todos las personas implicadas será un recurso vital para realizar un correcto seguimiento. De este modo, se podrá comprobar si hay mejoras, tanto por parte de la víctima como por el resto del grupo.
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